Proverbios 18:10 "Torre Fuerte es el nombre del Señor, a ella correrán los justos y se pondrán a salvo"

miércoles, 22 de agosto de 2007

Sólo en Su Presencia

Muchas de las cosas que Usted realmente necesita sólo las puede encontrar en la presencia de Dios.

Muchas de las vidas a nuestro alrededor están secas. Así como a los maniquíes o figuras de cera, que no importa que tan bien estén hechos, les falta vida, así hay muchos creyentes hoy en día: sin vida espiritual.

La gente busca de mil maneras el tener vida: se enreda en relaciones indebidas, se la pasa viendo excesiva televisión para sentir la vida a través de otros, los jóvenes participan en deportes extremos, etc. Muchas veces lo anterior ocurre de forma inconciente, sin embargo ocurre para poder darnos cuenta que nos falta la presencia de Dios. Cuando todo lo mencionado, a pesar de las emociones fuertes que son capaces de despertar, no dejan más que sensación de hastío, de aburrimiento, de vacío, ya llegamos al punto en que podremos ser capaces de percibir lo importante.

¡Dios, Dios mío eres tú!
¡De madrugada te buscaré!
Mi alma tiene sed de ti,
mi carne te anhela
en tierra seca y árida
donde no hay aguas,
para ver tu poder y tu gloria,
así como te he mirado en el santuario.
(Salmo 63:1-2)

La verdadera necesidad es espiritual. Mientras una iglesia dependa de las cosas terrenas, no puede ser espiritual. La gente que cambia de iglesia porque no se sienten “llenos,” está equivocada. Ser creyente no es asunto de los domingos.

Los que transforman este mundo no son los que oyen de Dios, sino los que tuvieron una experiencia personal con Dios. Eso es lo que el pueblo necesita. La sequedad que mencionamos antes, es por falta de esa experiencia. No olvidemos que estamos en esta tierra para adorar a Dios, ya que es lo único que podemos darle, pero no se puede adorar lo que no se conoce.

Porque mejor es tu misericordia que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida;
en tu nombre alzaré mis manos.
Como de médula y de grosura será saciada mi alma,
y con labios de júbilo te alabará mi boca.

(Salmo 63:3-5)

Las necesidades se suplen en Su presencia. Ni la comida en exceso, ni las drogas, o cualquier otro paliativo, sacian como Su presencia.

Se alegrarán el desierto y el erial;
la estepa se gozará y florecerá como la rosa.
Florecerá profusamente
y también se alegrará y cantará con júbilo;
la gloria del Líbano le será dada,
la hermosura del Carmelo y de Sarón.
Ellos verán la gloria de Jehová,
el esplendor del Dios nuestro.
(Isaías 35:1-2)

La risa es superficial, el gozo es profundo. Cuando la presencia de Dios está en nuestro espíritu, el gozo aflora y no requiere mayor esfuerzo la sonrisa, los rostros felices. Es un gozo que no depende de las personas que nos rodean o de las circunstancias. Debemos entonces enfrascarnos en una búsqueda insaciable de ese gozo que proviene de Dios.

¡Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles!
Decid a los de corazón apocado: «¡Esforzaos, no temáis!
He aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago;
Dios mismo vendrá y os salvará».
Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos y destapados los oídos de los sordos.
Entonces el cojo saltará como un ciervo y cantará la lengua del mudo, porque aguas serán cavadas en el desierto y torrentes en la estepa.
El lugar seco se convertirá en estanque y el sequedal en manaderos de aguas.
La guarida de los chacales, donde ellos se refugian, será lugar de cañas y juncos.
Y habrá allí calzada y camino, el cual será llamado Camino de Santidad.
No pasará por allí ningún impuro, sino que él mismo estará con ellos.
El que ande por este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
(Isaías 35:3-8)

Aún el desierto de Kalahari, que es enorme, con un poco de lluvia reverdece y se pinta de colores. ¿Y de dónde obtendremos nosotros agua para nuestra sequedad interior? Jesús dice “yo soy la fuente de agua viva”. No nos confundamos, la iglesia no es la fuente, ni los hermanos, ni el pastor, sino Jesús.

Ir a la presencia de Dios requiere de esfuerzo, eso es cierto. No va a ser fácil buscarle, pero no nos debe detener nada, hay que pagar el precio. Él nos reparará el ser interior y como consecuencia, el exterior también será remodelado.

Así te bendeciré en mi vida;
en tu nombre alzaré mis manos.
Como de médula y de grosura será saciada mi alma,
y con labios de júbilo te alabará mi boca,
cuando me acuerde de ti en mi lecho,
cuando medite en ti en las vigilias de la noche,
porque has sido mi socorro
y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Está mi alma apegada a ti;
tu diestra me ha sostenido.
(Salmo 63:4-8)

Dejemos que Dios termine la sequedad espiritual.

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